2009년 12월 21일 월요일
La salud mental de los chiquitos surcoreanos en peligro.
Según un dato dado por UNICEF, la obsesión educativa de las madres coreanas está arriesgando la salud mental de sus niños. Deseando tanto que sus chiquitos estudien mucho, ganen mejores puntos que otros, entren a las universidades prestigiosas y al final logren su éxito social, ellas asumen, o con gusto o con abnegado desgano, el rol carcelero de sus niños para que no dediquen sus preciosos tiempos en otras actividades que estudios escolares, los vigilan día y noche, los castigan cuando se desvían del camino recto y único de la ascensión social. Demasiado cuidadosas de esta tarea sagrada, de vez en cuando olvidan completamente qué debe realmente ser lo madre y qué esperan sus queriditos de elllas: no abrazan a sus bebés, ni los besan, nunca les dejan divertirse libres. En consecuencia, crece el descontento de ellos y eso les conduce, en situaciones extremas pero no muy raras, a odiar de veras a sus mamás en lugar de agradecerles la fiebre extraordinaria educativa. Y en un país como Corea del Sur donde entregan tanta importancia al amor filial, el odio a su propia madre no es algo facilmente aceptable ni entendible. Quizás no haya en el mundo ningún lugar donde lo sea. Por eso, este odio debe ser considerado como locura y debe ser cuidada. Y también es preciso criticar y moderar la fiebre educativa o mas bién de éxito social de alguna madres, como es la primera causa de este problema.
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